Artículo de opinión
El victimismo es la actitud o la capacidad que tienen las personas para hacerse la víctima delante de los demás y obtener algunos beneficios que no solo pueden ser dañinos para la persona victimista, sino también para aquellos que están a su alrededor
Cuando una persona acude al victimismo, en muchos casos acaba teniendo una actitud en el que ir de víctima se identifica a través de distintos signos.
- Quiere llamar la atención: En lugar de buscar ayuda efectiva o empatía legítima, la víctima busca despertar la pena de los demás y, hasta ese punto, confirmar que no puede resolver los problemas por sí misma.
- No asume sus responsabilidades: Este punto tiene mucho que ver con el anterior, porque alguien que tiene una personalidad victimista evita conscientemente su papel en el conflicto. Este evita problemas y prefiere permanecer en el papel del victimismo.
- Acusa a otros de sus desgracias: Las personas victimistas no pueden ver objetivamente las situaciones de conflicto porque creen que todo el mundo está en su contra.
- Quejas constantes: Esta es su actividad favorita porque es la mejor dinámica para justificarse a través de su victimismo.
- No quieren una solución: Cuando alguien con una personalidad victimista recurre a buscar ayuda para sus problemas, en muchas ocasiones estas personas suelen ver siempre que cada una de las soluciones que se les proponen no funcionan.
- El rencor y la incapacidad para perdonar a los demás van de la mano de las personas victimistas.
- Falta de confianza: Al pensar que todo el mundo está en su contra, el victimismo hace que las personas que lo padecen sufran de una falta de confianza.
- Pesimistas y negativos: La negatividad y el pesimismo son otros de los rasgos más comunes de una personalidad victimista. Esto sucede porque al creer que todo lo malo está fuera de su control, realmente solo se fijan en esto y acaban recurriendo a un victimismo crónico para reafirmar que las cosas son realmente malas solo para ellos.

Es muy fácil esconderse tras el Kleenex, para llorar sin mesura y decir lo malo que son los demás. Es muy fácil enumerar los logros de los demás cuando no se está por la labor de intentar algo. Existen sindicatos que no se esconden detrás de la lágrima fácil, que siempre están intentando buscar mejoras, llegar a acuerdos por el bien del trabajador, estar siempre en la mesa negociadora sin hacer dejación de nuestras obligaciones.
Muchas veces se nos intenta situar en un lugar del tablero, pero creo que aún no se han dado cuenta que nuestro lugar está al lado de todos los trabajadores que desempeñen su trabajo en la planta de Basauri. Nos podrán tachar de muchas cosas, pero nunca de dejar al trabajador tirado por un interés propio sindical. No nos guía ninguna intención ni política ni de intereses sindicales marcados desde la cúpula del sindicato de turno.
Sabemos que alguna vez tendremos que hacer cosas que no gustarán a todos, pero como en la vida real, nunca se consigue todo lo que se quiere, Ahí es donde el victimista se hace fuerte. Vende el paraíso, aunque sabe que no lo conseguirá. Solo tendrá que soltar una lagrimita y echar la culpa al único sindicato que está siempre al pie del cañón y en primera fila. La Senda no tiene que devolver ningún favor, ni tiene que marcar una línea roja que le sirva de excusa para no hacer nada.
INDIVIDUALMENTE, SOMOS UNA GOTA.
JUNTOS, SOMOS UN OCEANO.

